Stellusz place

Hace dos meses, terroristas palestinos genocidas invadieron Israel y violaron, torturaron, decapitaron, quemaron, secuestraron y asesinaron judíos, dejando como saldo la peor masacre contra ellos desde el Holocausto. No tuvieron piedad ni hacia bebés y niños, ni hacia mujeres y ancianos indefensos y desarmados, ni hacia familias enteras escondidas en refugios. Tampoco hacia extranjeros ni hacia otros árabes. A sangre fría. Con saña. Se filmaron haciéndolo. Reían mientras decapitaban personas a palazos, mientras las prendían fuego. Se reían más. Masacraron jóvenes que bailaban en un festival. Se paseaban con los cuerpos de sus víctimas como si fuesen trofeos de guerra. Y seguían riendo.

No protestaban contra un gobierno, contra una política; no luchaban por una causa justa, mataron a sangre fría a niños y ancianos y a cualquiera que se les cruzó en su camino porque odian a los judíos. Llamaron a sus padres para contarles orgullosos que estaban matando judíos. No decían “israelíes” ni “sionistas” decían “mamá, maté judíos” porque a diferencia de sus fans en occidente, los terroristas de Hamás no se esconden detrás de eufemismos ni detrás de consignas nobles. Odian a los judíos, los quieren muertos, disfrutan matarlos. Y lo dicen y lo demuestran con claridad para cualquiera que esté dispuesto a verlo.

Todavía tienen unas 138 personas secuestradas en Gaza. Algunas de ellas se sabe que fueron asesinadas. Los rehenes que fueron liberados cuentan historias de terror. Hay un bebé de 10 meses que junto a su hermanito de 4 años sigue en las manos de estos monstruos.

Hoy los judíos prendemos la primera vela de Januca. Esta festividad conmemora una victoria militar judía, a manos de los macabeos, contra los invasores griegos, recuperando la soberanía judía en Jerusalén.

Hoy vamos a encender esa primera vela y poner la janukiá en las ventanas de nuestras casas para que todos puedan ver que somos judíos, que estamos acá, que no tenemos miedo, que estamos orgullosos de ser judíos, estamos orgullosos de nuestros soldados y del Estado de Israel y que vamos a ganar esta guerra, tal como lo hicieron los macabeos contra los griegos. Ese va a ser nuestro milagro de Januca.

Cada una de las festividades judías puede resumirse a “quisieron matarnos y no pudieron, a comer”. Esta no será la excepción.

Januca Sameaj.