El domingo, durante el partido contra Eslovenia, la selección israelí de baloncesto debió soportar el griterío de algunos hinchas por “la liberación de Palestina” (léase: la opresión de los palestinos bajo Hamás, o mejor léase: la destrucción de Israel). En paralelo, el basquetbolista hebreo Yiftaj Ziv, quien juega para un equipo andaluz, confesó que desde el 7/10 debe sufrir acoso, ofensas y boicot, incluso de sus compañeros y del mismísimo entrenador. ¿Puede imaginarse que, después del ataque a las Torres Gemelas el 11/9, en marcos deportivos insultaran a EEUU? ¿O a los franceses, después de la matanza de Niza? ¿O a los españoles, después de Atocha? Sólo a los israelíes les toca lidiar con un fenómeno tan peculiar como la judeofobia, tan irracional ella, que arremete contra los judíos por doquier, incluso después de que son ferozmente atacados.
GUSTAVO PEREDNIK

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