Va mi cuarta y última reflexión sobre la Resolución 181 de 1947, por la que el mundo reconoció a los judíos su derecho sobre un territorio, que era: a) indefendible, ante una inminente invasión por todos lados; b) pequeño: apenas 1/8 de la Palestina concedida al imperio británico PARA CREAR ALLÍ UN ESTADO JUDÍO; y c) paupérrimo, para absorber a millones de perseguidos y a sobrevivientes de la hecatombe. Además, dado que se había prohibido ingresar a los judíos, eran allí una minoría, 650.000, rodeados de violentos. A pesar de todo, aceptaron felices lo que pudieron conseguir, y celebraron. ¡Qué epopeya más judaica! El camino por delante se perfila imposible, pero ¡a cantar se ha dicho!, a sonreír y a esforzarse sin quejas. Los que inmigraban generaron una popular balada: “Vinimos al país a construirlo y a construirnos en él”. Vaya que lo lograron.
GUSTAVO PEREDNIK ///
ARTÍCULO: https://nodulo.org/ec/2011/n112p05.htm

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