Hay un parámetro objetivo para apreciar la situación de un país: la confianza que despierta su economía. Regístrese: ante la reciente emisión de bonos israelíes por 8 mil millones de dólares (la mayor emisión de su historia), los inversores respondieron con una DEMANDA CINCO VECES MAYOR. Es decir: PIDIERON PRESTARLE a Israel por U$ 40 mil millones. ¡Un país en plena guerra, acosado en varios frentes! Es mayor la intención mundial de invertir en el Estado judío, que las necesidades de éste. Agreguemos que el shékel se fortalece y que en la Bolsa de Tel Aviv sube el precio de las acciones. Si en estos días bélicos los inversionistas hacen cola para comprar bonos israelíes, no quiero ni imaginarme hasta dónde llegará esa cola cuando esta guerra concluya con una inevitable victoria israelí. Pese a los agoreros profesionales y a los deprimidos deprimentes, el futuro de Israel brilla.
GUSTAVO PEREDNIK

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