
Anoche comencé mi curso de Historia del Sionismo, que inspira esta reflexión. La envío rodeado de cientos de judíos con quienes cantamos y danzamos en celebración del 76º aniversario de Israel, un faro para el mundo que ha disecado pantanos; construido universidades, academias talmúdicas e institutos deportivos; que ha defendido al judío perseguido , lanzado satélites, revivido el idioma milenario, convertido un yermo en un mar de árboles. Que alcanzó la mejor agricultura y medicina, el Start-Up, y la ayuda constante a países golpeados. Y todos los logros, a partir de Auschwitz; bajo el terror, la agresión, la calumnia. El visible triunfo de Israel despierta admiración en los bienintencionados de cualquier raza y religión. Y genera odio en los resentidos que perciben el espejo de su propio fracaso. Nos golpean duro pero no alcanzan a robarnos nuestra alegría natural, ni nuestro festejo.
GUSTAVO PEREDNIK ///

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