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Florencia: Un Viaje por el Corazón del Renacimiento

El Baptisterio

Frente a la catedral se alza el Baptisterio, un edificio octogonal cuyas puertas de bronce fueron descritas por Miguel Ángel como dignas de ser las “Puertas del Paraíso”. Las que hoy ves en el exterior son copias brillantes; los originales de Lorenzo Ghiberti se conservan en el Museo del Duomo. Ghiberti logró una revolución artística al aplicar leyes matemáticas para crear la ilusión de profundidad en una superficie plana, adelantándose a su tiempo en el uso de la perspectiva.

En el lado norte del edificio (a la derecha de las “Puertas del Paraíso” se encuentran otras puertas diseñadas por Ghiberti en su juventud, quien ganó ese honor tras derrotar a Brunelleschi en un concurso, cuyas piezas originales están en el Bargello.

Dentro del Baptisterio, siéntate y contempla el impresionante techo de mosaico medieval. Este techo, que representa el Juicio Final, fue elaborado por artesanos venecianos en el siglo XIII utilizando vidrio de Murano. Jesús preside la escena, dictando su veredicto eterno con un gesto del pulgar.

Paneles de las “Puertas del Paraíso” de Ghiberti:

Adán y Eva Caín y Abel Noé Abraham e Isaac Jacob y Esaú José y Benjamín Moisés Josué David Salomón y la Reina de Saba (Las puertas miden 5,20 metros de alto por 3 de ancho)

El Duomo (Catedral de Santa Maria del Fiore)

Esta majestuosa catedral gótica posee la tercera nave más larga del mundo cristiano. Su fachada neogótica del siglo XIX está revestida con mármol toscano en tonos rosa, verde y blanco. Sin embargo, su verdadero tesoro artístico es la cúpula de Brunelleschi: la primera gran cúpula del Renacimiento, modelo para muchas otras posteriores.

El interior de la iglesia guarda sus principales obras maestras en el Museo del Duomo, justo detrás de la catedral. Aquí se encuentran:

María Magdalena de Donatello (c. 1455): una escultura de madera de álamo blanco, intensa y conmovedora. Piedad de Miguel Ángel (1547–1555): el artista diseñó esta obra para su propia tumba. Cristo yace muerto sostenido por su madre, María Magdalena y Nicodemo, cuya cara es un autorretrato de Miguel Ángel.

En la primera planta del museo también se exhiben esculturas originales del campanario y los coros (cantorie) de Donatello y Luca della Robbia. No olvides asomarte a la Terraza Brunelleschiana, desde donde se puede admirar de cerca la cúpula.

Galería de la Academia

Al norte del Duomo se encuentra la Galleria dell’Accademia, hogar del célebre David de Miguel Ángel. Esta escultura de más de 5 metros de altura, tallada en mármol rechazado por otros artistas, encarna la perfección del arte renacentista y simboliza la victoria divina sobre el mal. David aparece en actitud reflexiva pero segura, en la pose clásica del contrapposto, justo antes de enfrentarse a Goliat.

También se pueden ver otras obras del maestro como los Prisioneros, San Mateo, y una Piedad atribuida a uno de sus discípulos. La colección incluye además pinturas prerrenacentistas, un modelo en yeso del “Rapto de las Sabinas” y una interesante colección de instrumentos musicales, incluyendo uno de los primeros pianos jamás construidos.

Campanile de Giotto

La torre del campanario, iniciada en el siglo XIV por Giotto, destaca por su armonía arquitectónica. A pesar de ser considerado el hombre más feo de Florencia, Giotto diseñó uno de los campanarios más bellos de Europa. Subir sus 270 pies (82 metros) ofrece vistas espectaculares del Duomo y de la ciudad.

Piazza della Repubblica

Situada en el antiguo Foro Romano, esta plaza marca el centro histórico de la ciudad. Aún se puede ver la columna que indica el cruce de las dos principales vías romanas. La forma de Florencia sigue conservando la huella de su pasado romano.

Piazza della Signoria

Este es el centro cívico de Florencia, presidido por el imponente Palazzo Vecchio, con su torre fortificada y su historia de ejecuciones, revueltas y celebraciones. En esta plaza se alzan estatuas notables como:

El Rapto de las Sabinas (1583) de Giambologna, una obra manierista tallada en un solo bloque de mármol. Perseo con la cabeza de Medusa (1545–1553) de Benvenuto Cellini, quien dejó su firma y un autorretrato secreto en el casco del héroe.

Frente a la Fuente de Neptuno se alza una estatua ecuestre de Cosme I de Médici, impulsor de los Uffizi. Justo al lado, la Loggia dei Lanzi funciona como museo al aire libre.

Galería de los Uffizi

Uno de los museos más importantes de Europa, la Galería de los Uffizi alberga la mayor colección de pintura florentina del Renacimiento. En su patio encontrarás estatuas del siglo XIX que rinden homenaje a las figuras clave de la historia de Florencia: artistas como Miguel Ángel y Leonardo, pensadores como Maquiavelo, científicos como Galileo, poetas como Dante y Petrarca, y exploradores como Américo Vespucio.

Ponte Vecchio

El puente más famoso de Florencia se construyó en 1345, reemplazando uno de madera arrasado por una inundación. En la Edad Media albergaba carnicerías y curtidores, pero en el siglo XVI los Médici instalaron en su lugar a joyeros y orfebres, tradición que continúa hasta hoy. En el centro del puente se rinde homenaje al escultor Benvenuto Cellini.

El Ponte Vecchio es especialmente romántico al atardecer, con músicos callejeros y parejas paseando. Desde aquí se aprecia la armonía atemporal de la ciudad, que sigue latiendo entre historia, arte y belleza.

Complejo del Duomo

Los tres monumentos más emblemáticos de Florencia —el Duomo, el Baptisterio y el Campanile— se agrupan en la Piazza del Duomo, zona exclusivamente peatonal. El Museo del Duomo, situado justo detrás, resguarda muchas de las obras originales de estos monumentos, y completa la visita junto con la cripta y el ascenso a la cúpula.

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Gran Sinagoga de Florencia

MONUMENTO RELIGIOSO Y MUSEO JUDÍO

Desde cualquier punto elevado de la ciudad, es fácil distinguir la cúpula de cobre turquesa de la sinagoga de Florencia, ubicada cerca del barrio de Sant’Ambrogio. Este majestuoso edificio de estilo morisco, conocido como el Tempio Maggiore, fue diseñado a finales del siglo XIX por los arquitectos Mariano Falcini, Marco Treves y Vincenzo Micheli, tras la unificación de Italia y la demolición del antiguo gueto ubicado cerca de la Piazza della Repubblica.

En su interior, vitrales policromados, suelos de mármol y lámparas de araña decoran un espacio de luz tenue y atmósfera solemne. Al final de la nave principal, se puede admirar de cerca el Aron cubierto de mosaicos, enmarcado por un dosel teatral que realza su presencia sagrada. Subiendo a las plantas superiores, se accede al museo, donde se narra la historia de la comunidad judía en Florencia a través de objetos, documentos y testimonios que revelan su riqueza cultural y espiritual.

Florencia desde las alturas: una experiencia inolvidable

Piazzale Michelangelo 

Contemplar Florencia desde lo alto es una experiencia única. No se trata solo de una oportunidad perfecta para hacer fotos, sino de un momento de auténtico asombro. Ante tus ojos se despliega la ciudad que vio nacer a artistas extraordinarios, científicos brillantes y una fascinante historia de descubrimientos y poder que ha inspirado novelas y películas.

A cualquier hora del día, el Piazzale Michelangelo ofrece una vista espectacular de Florencia. No te sorprendas si también lo ves escrito como Piazzale Michelangiolo; esta forma proviene de la antigua pronunciación florentina y es la que suele aparecer en los carteles marrones y blancos que indican sitios históricos.

Y así, tras recorrer iglesias majestuosas, plazas llenas de historia y obras maestras del arte que marcaron un antes y un después en la cultura occidental, Florencia se despide desde las alturas del Piazzale Michelangelo. La ciudad se extiende como un tapiz de tejados rojos, cúpulas renacentistas y calles que aún susurran los ecos de Dante, Leonardo y Brunelleschi. Contemplar este paisaje es más que una simple postal: es comprender, aunque sea por un instante, la magnitud de lo que aquí nació. Florencia no solo se visita, se siente —y desde las alturas, se guarda para siempre en el alma del viajero.

Mercato del Porcellino

MERCADO AL AIRE LIBRE DE ARTÍCULOS DE CUERO

Ubicado bajo las bóvedas de la Loggia del Mercato Nuovo, construida en el siglo XVI, este mercado toma su nombre de la cercana estatua de un jabalí de bronce, erróneamente apodado Porcellino (cerdito). Aquí se venden todo tipo de artículos de cuero: cinturones, bolsos, carteras y monederos.

No esperes encontrar productos únicos o artesanales, ya que la mayoría de los puestos están orientados al turismo masivo que se dirige al cercano Ponte Vecchio. Con el tiempo, los artículos de fabricación industrial han ido ocupando más espacio en los estantes. Aun así, el mercado conserva una atmósfera animada que lo hace digno de una visita.

Y no olvides seguir la tradición: frota el hocico del Porcellino para atraer la buena suerte.

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