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A partir de junio de 2025, el Museo de Arte de Tel Aviv se convertirá en uno de los pocos museos del mundo en albergar de forma permanente una Infinity Mirror Room de Yayoi Kusama, una de las artistas más influyentes e icónicas del arte contemporáneo. La instalación, titulada “La luz eterna del universo ilumina por siempre la búsqueda de la verdad”, formará parte de la visita regular al museo, ofreciendo una experiencia sensorial única y profundamente emocional.

Una instalación inmersiva de Kusama en Israel

Kusama, artista japonesa de 96 años, ha sido aclamada a nivel mundial por sus habitaciones de espejos infinitos, espacios envolventes que integran al visitante en un universo de luces, reflejos y repeticiones, desafiando los límites de la percepción y el tiempo. Esta obra, creada en 2020, continúa esa línea poética y obsesiva que define su legado, y es ahora parte de la colección permanente del museo gracias a la iniciativa del coleccionista Steeve Nassima y el generoso apoyo de Melanie y Matthew Bronfman, Anne y Roland Luria, y el propio Nassima.

Del fenómeno global a la escena local

Las Infinity Mirror Rooms de Kusama han sido protagonistas en museos de renombre como el MoMA de Nueva York o la Tate Modern de Londres, generando largas filas, millones de fotos y una conexión emocional profunda con públicos de todas las edades. En Tel Aviv, su anterior retrospectiva fue un éxito rotundo, atrayendo a cientos de miles de visitantes. Según Tanya Cohen-Uzzielli, directora general del museo, esta nueva incorporación permanente representa una evolución natural tras el entusiasmo del público israelí por la obra de Kusama.

“Ahora, me complace anunciar que podremos presentar la Habitación de Espejos Infinitos como una parte permanente de la experiencia museística”, expresó Cohen-Uzzielli.

Información práctica para los visitantes

La obra podrá visitarse a partir de junio de 2025, inicialmente los jueves de 17:00 a 21:00, y durante los meses de verano estará disponible también en el horario habitual del museo, así como en horarios especiales durante eventos. El acceso estará incluido con la entrada general al museo, pero requerirá una reserva previa a través de su sitio web.

Dado que la sala solo permite la entrada de una o dos personas a la vez, cada visita tendrá una duración máxima de 60 segundos, tiempo en el que también estará permitido tomar fotografías.

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🎟️ ¿Quieres visitar la Infinity Mirror Room de Kusama en Tel Aviv?

Mantente atenta/o a las actualizaciones en la página web oficial del Museo de Arte de Tel Aviv y en sus redes sociales, donde se publicarán las fechas y el enlace para reservar tu visita.

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Yayoi Kusama: del arte obsesivo al fenómeno global

Nacida en Matsumoto, Japón, en 1929, Yayoi Kusama es una figura única en la historia del arte contemporáneo. Desde muy joven, comenzó a experimentar con patrones obsesivos, puntos infinitos y visiones que luego se transformarían en el núcleo estético y conceptual de su obra. En los años 60, se trasladó a Nueva York, donde fue una voz clave del arte pop y la psicodelia, y donde desarrolló performances, instalaciones y happenings que desafiaban las normas del sistema artístico.

A lo largo de su vida, Kusama ha abordado temas como la repetición, la autorreferencialidad, el infinito, la disolución del yo y la enfermedad mental. Desde los años 70, vive voluntariamente en un hospital psiquiátrico en Tokio, desde donde continúa trabajando incansablemente en su arte.

Hoy, a sus 96 años, es una artista viva de culto y una de las más reconocidas a nivel internacional, con exposiciones que baten récords de asistencia y obras que forman parte de las principales colecciones del mundo

¿Qué representan las Infinity Mirror Rooms?

Las Infinity Mirror Rooms son mucho más que instalaciones visualmente impactantes: son paisajes psicológicos, universos paralelos y experiencias meditativas. A través del uso de espejos, luces y patrones repetitivos, Kusama invita al visitante a perderse —literalmente— en una sensación de infinito.

Estas habitaciones suspenden el tiempo y el espacio, convirtiendo la experiencia artística en algo íntimo y trascendental. En ellas, el cuerpo del espectador se funde con la obra, y la noción del “yo” se diluye entre reflejos infinitos, evocando tanto el asombro infantil como una especie de misticismo contemporáneo.

En palabras de Kusama:

“Mi arte es una forma de sanar el dolor, de buscar la eternidad y de comprender el universo a través de la repetición y el infinito.”