Los proxies de Irán: quiénes son, qué buscan y cómo se financian
Desde la Revolución Islámica de 1979, la República Islámica de Irán ha desarrollado una sofisticada red de milicias y grupos armados a lo largo de Medio Oriente y otras regiones, conocidos como proxies. Estos actores no estatales actúan como brazos armados indirectos del régimen iraní, llevando a cabo su agenda sin que Teherán tenga que asumir directamente la responsabilidad política o militar.
¿Quiénes son los proxies de Irán?
Los proxies iraníes son organizaciones terroristas, milicias sectarias o grupos insurgentes que reciben apoyo logístico, financiero y militar del régimen iraní. Los más destacados son:
1. Hezbolá (Líbano)
El grupo proxy más antiguo y sofisticado. Creado en los años 80 con apoyo de la Guardia Revolucionaria, Hezbolá es una fuerza militar y política dominante en Líbano. Está profundamente alineado con la ideología del régimen iraní y actúa como su plataforma avanzada contra Israel.
2. Hamas y la Yihad Islámica Palestina (Franja de Gaza)
Aunque suníes, ambos grupos mantienen una relación estratégica con Irán basada en un enemigo común: Israel. Reciben entrenamiento, armas y fondos desde Teherán para mantener una presión constante sobre el sur de Israel.
3. Milicias chiitas en Irak
Grupos como Kataib Hezbolá, Asaib Ahl al-Haq y otros forman parte de las Unidades de Movilización Popular (PMF), una estructura armada que ha ganado gran influencia en la política y el ejército iraquí, alineándose con los intereses iraníes y actuando contra fuerzas estadounidenses y sunitas.
4. Los hutíes (Yemen)
La milicia rebelde chiita hutí, que controla gran parte del norte de Yemen, está apoyada por Irán en su lucha contra la coalición liderada por Arabia Saudita. Utilizan drones, misiles balísticos y otras armas de tecnología iraní.
5. Milicias en Siria
En el marco de la guerra civil, Irán ha desplegado miles de combatientes de la Fuerza Quds y ha movilizado milicias afines (incluido Hezbolá) para sostener al régimen de Bashar al-Assad y asegurar el “eje de resistencia” Teherán-Damasco-Beirut.
¿Cuál es el gran objetivo de Irán?
El objetivo principal de Irán es expandir su influencia geopolítica y religiosa, consolidando un corredor chiita desde Teherán hasta el Mediterráneo. Este “eje de resistencia” busca:
Eliminar la presencia e influencia occidental en la región, especialmente la de Estados Unidos. Destruir al Estado de Israel, al que consideran ilegítimo. Contener y debilitar a sus rivales regionales, especialmente Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Exportar la ideología de la Revolución Islámica como modelo de resistencia y liderazgo islámico.
Para Teherán, los proxies no solo sirven como herramientas militares, sino también como vehículos políticos, ideológicos y culturales para expandir su poder sin comprometerse directamente en guerras abiertas.
¿Cómo financia Irán a sus proxies?
El financiamiento de estas organizaciones proviene de diversas fuentes que combinan estructuras estatales, redes ilegales y mecanismos de lavado de dinero. Los principales métodos incluyen:
1. Fondos estatales asignados por el gobierno
Pese a las sanciones internacionales, Irán destina miles de millones de dólares anualmente al financiamiento de sus proxies, especialmente Hezbolá y las milicias iraquíes. El presupuesto de la Guardia Revolucionaria y su unidad de élite, la Fuerza Quds, incluye partidas específicas para estas actividades.
2. Comercio ilegal y contrabando
Incluye el tráfico de armas, drogas, petróleo y cigarrillos. Las milicias también cobran impuestos ilegales y extorsionan comunidades bajo su control, como ocurre en Líbano e Irak.
3. Lavado de dinero a través de empresas pantalla
Irán y Hezbolá han creado una red global de empresas ficticias o vinculadas a instituciones benéficas, que operan principalmente en América Latina, África y Asia, para canalizar fondos y comprar armamento.
4. Criptomonedas y métodos digitales opacos
Ante el endurecimiento de las sanciones, Irán ha comenzado a utilizar criptomonedas para evadir restricciones bancarias internacionales.
5. Ayuda de aliados estatales y ventas de armas
En algunos casos, actores estatales como Corea del Norte han ofrecido tecnología y cooperación a Irán. Además, Irán exporta tecnología de drones y misiles a sus aliados a cambio de apoyo político o estratégico.
Conclusión: Una amenaza asimétrica y global
La estrategia de proxies permite a Irán proyectar poder sin arriesgar una guerra directa. Al desestabilizar países vecinos y fomentar conflictos prolongados, Teherán logra mantener a sus rivales ocupados, fortalecer su influencia y erosionar el equilibrio regional. La comunidad internacional debe comprender que enfrentar a Irán no es solo enfrentar a un Estado, sino a una red híbrida de terror, ideología y expansión, que opera a través de intermediarios, pero con una voluntad central muy clara.

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